Por: Juan Carlos Hernandez Grosso*
El sufrimiento es un estado de malestar que surge cuando se percibe una amenaza a la integridad o la existencia de la persona, sin importar la causa de esa amenaza. Y adicionalmente, nos damos cuenta que carecemos de los recursos suficientes para afrontar esa situación. (Bayés R. 1998).
Por ejemplo, cuando las personas padecen una enfermedad grave afrontan diferentes momentos de sufrimiento, y no suelen tener las herramientas para hacer frente a lo que están viviendo. Sin embargo, es importante aclarar que el sufrimiento no se limita solamente al dolor físico. Es decir, hay personas que sufren y nunca han padecido un dolor insoportable, pero sí han experimentado el abandono, la soledad, la indiferencia de las personas, el trato inhumano al no ser escuchadas en sus necesidades y el engaño amoroso.
Pues bien, entendiendo lo que es el sufrimiento, específicamente durante la enfermedad, se debe mencionar que ya existen diferentes maneras de aliviar el sufrimiento que han sido probadas por la ciencia.
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El poder sanador de la compasión
La compasión es una de las medicinas más poderosas para aliviar el sufrimiento. A través de la compasión logramos movilizar todo lo bueno que tenemos dentro para ayudar a otra persona: acompañamos, acogemos, generamos un vínculo significativo y auténtico con los demás.
La compasión nos lleva a escuchar, mirarnos a los ojos, encontrar las mejores palabras para expresar lo que sentimos, tomar de la mano, abrazar y cuidar. Nos permite que la otra persona se sienta querida, escuchada, entendida y aliviada.
Quienes entendemos el valor de la compasión en el tratamiento de las enfermedades y del final de la vida, podemos evidenciar que aquellas personas que padecen síntomas difíciles como el dolor, encuentran alivio sabiendo combinar los fármacos con una alta dosis de compasión, y a esto se le llama: Cuidado Compasivo.
La compasión como habilidad profesional
Definitivamente, mi recomendación para todos los equipos que deciden cuidar y aliviar a muchas personas que padecen enfermedades graves e incurables es que desarrollemos cada vez más la compasión, y que la podamos utilizar como la mejor medicina para generar alivio.
Hace pocos días vino a visitarme una vieja amiga, de aquellas que se conocen trabajando en cuidados paliativos… Lorena es psicóloga y fue una de las personas que no solo me enseñó a escuchar, a acompañar y a estar presente, sino que en algunas de nuestras tertulias, alguna vez hablamos del “don”, al referirnos a lo que se debería encontrar en los profesionales que decidían conscientemente acompañar a personas al final de su vida.
Pues bien, este don consiste en lo siguiente: escuchar más, observar con los ojos del corazón, hablar menos y estar dispuesto a ayudar hasta que duela. Estas cuatro cosas nos permiten generar estos vínculos y dejar que aflore la más genuina compasión por el otro. Necesitamos con urgencia más compasión, que no es nada más que el nombre que toma el amor cuando se cruza con el sufrimiento (Benito E. El niño que se enfadó con la muerte, 2024), este es mi legado para todos los equipos de atención en Cuidados Paliativos.
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En nuestro programa Siempre a Su Lado creemos en la importancia de una atención integral, y los cuidados paliativos ayudan en ese propósito de estar presente en los momentos más difíciles. Le acompañamos durante la vida, pero también al final de ella. Recuerde que cuando se trata de su bienestar, en Seguros Bolívar pensamos en usted y su familia.
*Médico Especialista en Cuidados Paliativos y Gerente General de Hospice Presentes by Versania.
**Si considera que necesita asesoría en temas de salud y bienestar, le recomendamos buscar la orientación de un profesional.
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