Cada 2 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Crianza Respetuosa, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de criar desde el amor, la empatía y el respeto mutuo. Esta filosofía promueve la conexión entre padres e hijos, creando entornos familiares donde los niños crecen seguros, escuchados y valorados.
Esta celebración se realiza en honor a John Bowlby, psicoanalista británico reconocido por desarrollar la teoría del apego, base científica y emocional sobre la cual se construye la crianza respetuosa. Aunque su origen está en España, esta forma de entender la educación y el cuidado infantil se ha extendido por todo el mundo, gracias al poder de las comunidades y redes digitales.
¿Qué significa la crianza respetuosa?
La crianza respetuosa no es una moda ni un método rígido; es una forma de vivir las relaciones humanas desde la comprensión y el respeto. Según el proyecto Criar con Sentido Común, se trata de una manera de educar distinta a los modelos tradicionales, donde el adulto impone y el niño obedece sin entender el porqué.
Este enfoque promueve una educación consciente, basada en el diálogo, los límites razonables y la empatía. Busca formar niños seguros, libres y felices, capaces de expresar sus emociones y convivir en armonía con los demás.
Como bien lo explica Criar con Sentido Común: “Si queremos personas respetuosas, humildes y felices, debemos criarlas desde el respeto, la empatía y el ejemplo”.
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De los consejos tradicionales a una nueva mirada
Durante mucho tiempo, muchas familias crecieron bajo ideas como:
 “Deje que llore para que se acostumbre”,
 “No lo cargue tanto que se malcría”,
 “Póngale horario para comer”,
 “Así aprende por las malas”.
Estas frases, aunque comunes, reflejan una visión que minimiza las necesidades emocionales de los niños. La crianza respetuosa busca transformar ese paradigma, reemplazando la rigidez por escucha, paciencia y conexión emocional.
Criar desde el respeto no significa ausencia de límites, sino establecerlos con amor y coherencia. Significa acompañar al niño para que comprenda lo que siente, y ayudarlo a gestionar sus emociones, no a reprimirlas.
La teoría del apego: la base de la confianza
La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby, explica que los seres humanos nacemos con la necesidad biológica de buscar protección y afecto. Cuando los niños se sienten seguros y acompañados por su cuidador principal, pueden explorar el mundo con tranquilidad y aprender con más confianza.
Según Bowlby, un niño que recibe consuelo y contención emocional desarrolla un apego seguro, que será la base de su bienestar emocional y de sus futuras relaciones.
Por eso, responder a tiempo al llanto, ofrecer contacto físico y expresar cariño no son excesos: son necesidades vitales para su desarrollo. Como dice el pediatra Carlos González, “el apego no depende de cuánto se carga a un bebé, sino de la atención y el amor con que se le responde”.

Las ocho claves de la crianza respetuosa
El pediatra William Sears propuso las llamadas “8 B” de la crianza con apego seguro, que hoy son pilares de la crianza respetuosa moderna:
- Birth bonding: fortalecer los lazos afectivos desde el nacimiento.
 - Breastfeeding: favorecer la lactancia materna como vínculo y nutrición.
 - Babywearing: mantener el contacto físico llevando al bebé en brazos o portabebé.
 - Bed-sharing: promover el colecho o dormir cerca del bebé, garantizando su seguridad.
 - Belief in the baby’s cry: confiar en el valor del llanto como forma de comunicación.
 - Beware of baby trainers: evitar métodos de adiestramiento que desconecten del vínculo.
 - Balance: mantener equilibrio entre el cariño y la firmeza.
 - Both parents: fomentar la participación activa de ambos padres en la crianza.
 
Cada familia puede adaptar estas claves a su realidad, sin presiones ni juicios. Lo importante es mantener el enfoque: cuidar desde el respeto, el afecto y la comprensión.
Por qué la crianza respetuosa es tarea de todos
Aunque el término “crianza” suele asociarse con los padres, esta filosofía involucra a toda la sociedad. Abuelos, docentes, cuidadores, profesionales de la salud, e incluso las políticas públicas tienen un papel en la construcción de entornos más empáticos para la niñez.
Las leyes que protegen la lactancia, las licencias parentales o la prevención del maltrato infantil son pasos fundamentales para promover una cultura del cuidado basada en la dignidad y el afecto.
Practicar la crianza respetuosa es también apostarle a una sociedad más compasiva y humana, donde los niños puedan crecer en entornos que les brinden seguridad emocional y oportunidades para desarrollar todo su potencial.
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Conectarse con el bienestar familiar
La crianza respetuosa nos recuerda algo esencial: no se trata de criar niños perfectos, sino de construir relaciones sanas y conscientes. Escuchar, abrazar y acompañar son gestos que fortalecen los lazos familiares y dejan huellas positivas que perduran toda la vida.
Cuidar de los niños también implica cuidar de los adultos. Las madres, padres y cuidadores necesitan espacios de descanso, autocuidado y apoyo emocional. Recordar que el bienestar empieza por uno mismo también es parte del respeto.
Cuidar a su familia es una forma de amor
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Porque cuidar es también una forma de amar. Y en ese camino, usted no está solo: nosotros respondemos.
*Este contenido fue generado con el apoyo de herramientas de Inteligencia Artificial y cuidadosamente revisado por nuestro equipo editorial.
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