En algún momento todos hemos necesitado acudir a un servicio de urgencias. A veces la experiencia es positiva y otras no tanto. La realidad es que una buena atención no depende únicamente de las instituciones de salud, sino también del uso responsable que hacemos nosotros como pacientes.
Ir a urgencias sin que exista una condición que lo requiera puede generar congestión y demoras en la atención de quienes realmente lo necesitan. Por eso, es clave saber qué es una urgencia y cómo se clasifican los pacientes a través del triage.
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¿Qué es una urgencia?
Según el Decreto 412 de 1992 del Ministerio de Salud, una urgencia es “la alteración de la integridad física y/o mental de una persona, causada por un trauma o por una enfermedad de cualquier origen que genere la necesidad de atención médica inmediata y efectiva, tendiente a disminuir riesgos de invalidez y muerte”.
En estos casos, el objetivo inicial es estabilizar los signos vitales del paciente y determinar la prioridad de atención. Esto se logra mediante un sistema llamado triage.
¿Qué es el triage?
El triage es un sistema de clasificación que permite organizar a los pacientes en los servicios de urgencias. Consiste en una valoración clínica breve que determina la gravedad del caso y la prioridad en la atención, de acuerdo con la Resolución 5596 de 2015 del Ministerio de Salud.
Es importante recordar que en urgencias no se atiende por orden de llegada, sino por nivel de riesgo.
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- Triage I: atención inmediata. El paciente presenta riesgo vital, como un paro cardiorrespiratorio, hemorragia severa o pérdida de un órgano o miembro.
- Triage II: atención máxima en 30 minutos. El estado clínico puede deteriorarse rápidamente. Ejemplos: dolor extremo, diarrea aguda con fiebre, vómito persistente.
- Triage III: requiere diagnóstico o tratamiento rápido. Ejemplos: dolor lumbar repentino, cuerpo extraño en el oído sin sangrado, dolor persistente de varios días.
- Triage IV: condición que no compromete la vida ni el estado general. Ejemplos: sinusitis, dolor abdominal leve. Se recomienda consulta prioritaria.
- Triage V: situaciones de baja complejidad que no implican deterioro general. Ejemplos: dolor de garganta, cólico leve sin vómito. En este caso se recomienda consulta externa o prioritaria.
¿Por qué es importante conocer el triage?
Comprender cómo funciona este sistema le permite:
- Identificar cuándo realmente acudir a urgencias.
- Estimar el tiempo de espera según la prioridad de su caso.
- Saber cuándo una consulta prioritaria o a domicilio puede ser una mejor opción.
Un dato adicional sobre el triage
La palabra triage proviene del francés trier, que significa escoger o clasificar. Se empezó a usar en las batallas napoleónicas para priorizar la atención de soldados heridos y, con el tiempo, se adaptó al contexto médico actual.
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