Los síntomas emocionales también tienen tratamiento
Muchos síntomas de enfermedades como la depresión o la ansiedad tienen tratamientos bajo la evidencia científica que realmente funcionan. El tratamiento psicológico o en algunos casos el tratamiento farmacológico como la medicación, pueden ayudar a que nos volvamos a sentir mejor, por eso, no deberíamos pensar que solo hay que buscar ayuda cuando las cosas están mal.
¿Por qué es importante hablar de salud mental?
La salud mental también debemos cuidarla de manera preventiva, no hace falta esperar a que exista un diagnóstico o lleguemos a un estado más crítico, o peor aún, se pueden caer nuestros proyectos de vida.
Consultar a un psicólogo, psiquiatra o profesional de la salud mental no siempre tiene que ser en momentos de crisis. Estas consultas pueden ayudarnos a mejorar nuestras habilidades personales, reconocer lo que nos estresa, identificar experiencias dolorosas que aún nos continúan afectando, cambiar patrones de pensamientos o de conductas negativas, aprender a manejar nuestras emociones, comunicarnos mejor y evitar problemas con los demás, expresar las preocupaciones, o simplemente entrenarlos en estrategias que nos permitan tener mayor desarrollo en las diferentes áreas de nuestras vidas.
Si ya tenemos un diagnóstico de un trastorno mental, es determinante seguir el tratamiento y todas las recomendaciones de los especialistas. Esto incluye asistir a las sesiones de terapia, seguir las indicaciones del equipo de salud, tomar la medicación si nos la prescribieron y comprometernos con el proceso de recuperación y la adherencia terapéutica. Si abandonamos el tratamiento, podríamos exponernos a que se presenten nuevamente o empeoren los síntomas.
Factores que afectan y cómo gestionarlos a tiempo
Hay varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de que tengamos problemas de salud mental:
- Estrés prolongado.
- Duelo o pérdidas afectivas.
- Conflictos familiares o laborales.
- Historial familiar de trastornos mentales.
- Consumo de alcohol o de sustancias psicoactivas.
- Experiencias traumáticas.
Pero también existen factores de protección, que nos pueden ayudar a cuidar nuestra salud emocional:
- Tener redes de apoyo a nivel social y familiar.
- Mantener un estilo de vida saludable, con buena alimentación y actividad física.
- Favorecer el afrontamiento adaptativo y la resolución de conflictos.
- Tomar tiempo para descansar y disfrutar las actividades de bienestar.
- Contar con recursos de ayuda profesional a nivel de salud mental.
- Desarrollar actividades ocupacionales que nos ayuden a sentirnos productivos.
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Gestionar nuestras emociones es cuidar la salud mental
Hablar de salud mental no es debilidad; al contrario, es mostrar valentía y responsabilidad. Sentir tristeza, ansiedad, miedo o angustia en ciertas situaciones es algo que a todos nos ha sucedido. Pretender que dejemos de experimentar estas emociones no estará bajo nuestro control, lo importante es cómo manejamos estas emociones.
Al buscar herramientas que nos ayuden a sentirnos mejor con nosotros mismos para afrontar las adversidades, y permitirnos sentir emociones, nos aporta a alcanzar todo lo que nos propongamos con altos niveles de calidad de vida y bienestar biopsicosocial.
Cuidar nuestra salud mental es una inversión indispensable que se verá reflejada en tener un mejor bienestar. Hablemos de ello libremente y con responsabilidad.
En Seguros Bolívar pensamos en su bienestar y el de su familia.
*Escrito por: Jonathan Irreño Sotomonte, Psicólogo Clínico, Especialista en Epidemiología, Magister en Salud Pública – Universidad de los Andes. Gestor del Conocimiento, Subdirección Médica y Científica – Clínica de Nuestra Señora de la Paz.
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